Bitácora semanal 13 de enero del 2020: resumen de los que decía habían sido, los peores años de mi vida

Empecé el 2018 con un brote psicótico a causa de una mala medicación por depresión, aunado a 5 días de no dormir nada. Hice realmente un alboroto en el aeropuerto cuando pasó. De ahí fueron citas a psiquiatra y psicólogo. Traté de todo: terapia cognitivo conductual, biomnémica, medicamentos (varios), calmantes, alineación de chacras, ángeles, herbolaria, yoga, meditación…

Cada día me sentía peor y seguía perdiendo la fe.

Cambié 2 veces de psiquiatra, 3 de psicólogo, 8 veces de medicamento, tuve bastantes ataques de pánico, cuadros de ansiedad, un intento de suicidio e hice un tratamiento de optimización cerebral.

Perdí mi trabajo, varias amistades, pospuse diplomados, me volví antisocial y todos los días, no veía esperanza de que esto acabara.

Hoy, 13 de enero de 2020, no soy la misma hiperactiva, feliz e intensa que me caracterizaba, pero ya no siento esa angustia que todos los días tenía por las madrugadas. En teoría a finales de este mes cumplo 4 meses sin medicamento y oficialmente quedo dada de alta.

Espero que al leer esto, tengas un rayito de luz para seguir adelante. Los tiempos de Dios son perfectos, pide ayuda si la necesitas. Tu salud mental es lo primordial para estar bien en todo lo demás.

No se quita rezando solamente.

Por supuesto que no se quita “echándole ganas”.

No eres un flojo por no querer levantarte, por no querer bañarte, por no tener ánimos de salir y canceles al último momento.

No es tu culpa que te haya pasado esto. A lo mejor necesitabas un “stop”, a lo mejor solo es, para que lo que venga lo valores y disfrutes con mayor intensidad. Hoy, si estás en este proceso, no te preguntes el ¿por qué?, pregúntate ¿para qué?

Los doctores/psicólogos y grupos de apoyo, son instrumentos esenciales, para que recuperes tu vida. Tente paciencia, reconoce tus logros, que aunque parezcan insignificantes, créeme es un paso inigualable para una batalla que nadie la vive de la misma manera.